Hace poco tiempo mi hermano, regando, se encontró un gorrión bebe en el césped. Lo cogimos, le dimos de comer y de beber pero desgraciadamente al día y medio de haberlo recogido el pobre pájaro se murió. Le enterramos metido en uno de los rollos vacíos de papel higiénico en los que tanto le gustaba meterse.
Hay que saber que los gorriones son unos de los pajaros que, a no ser que los cojas desde muy pequeñitos, es muy difícil que salgan adelante; sin embargo, hay gente que lo ha conseguido.
También con sus padres únicamente tienen un 50% de llegar a adultos.
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